¿Qué colores ven los perros? Por ejemplo, un juguete rojo sobre césped verde puede será poco atractivo visualmente para un perro, ya que verá un objeto gris sobre una superficie también gris; esto cambiaría si el suelo es amarillo y el juguete azul o viceversa. Su paleta de colores está más limitada que la nuestra. De ahí que los perros utilicen otras señales (como el olor, la textura, el brillo y la posición) en lugar de confiar únicamente en el color. Y, por si te lo preguntas, los gatos, como los perros, tampoco ven en blanco y negro, sino que perciben los colores fríos y algunos cálidos como el amarillo, pero tampoco distinguen el rojo. La forma en que están colocados los ojos también determina el campo de visión y la percepción de profundidad. De ahí que las especies de presa tengan habitualmente los ojos ubicados a ambos lados de la cabeza. Los perros, al igual que nosotros, los tienen muy juntos; en un ángulo de 20 grados, por lo que tienen mejor visión periférica que nosotros.
Diferencias clave: comparación entre la visión humana y la de los perros Las disparidades comienzan con la estructura del ojo. Los humanos contamos con tres tipos de conos, las células fotorreceptoras que nos permiten percibir el color y los perros, solo con dos. Pero tienen una ventaja en este sentido. A diferencia de nosotros, aunque los perros tienen menos conos que detectan el color que los humanos, tienen más bastones, por lo que su visión es tan buena de día como de noche; es decir, los perros tienen retinas dominadas por bastones que les permiten ver bien en la oscuridad. Sin embargo, no son tan sensibles a la luz brillante, de ahí que los veamos entrecerrar los ojos al sol. Su visión es más certera al amanecer y al anochecer, precisamente los momentos del día en los que, en estado salvaje, cazarían en la naturaleza. Su pupila es más grande que la nuestra, en proporción a la superficie total del ojo. El tamaño de esta es crucial para regular la cantidad de luz que entra en el ojo. Para ellos, tener las pupilas tan desproporcionadamente grandes les ayuda a que entre más luz en el ojo, lo que mejora su capacidad para ver en condiciones de poca luz, una ventaja evolutiva en el pasado. Además, hay que destacar la presencia del tapetum lucidum, una capa reflectante ubicada detrás de la retina que refleja la luz después de que esta haya pasado por ella. Es como si fuera un espejo: refleja nuevamente la luz que ha pasado a través de la retina y, al recibir la luz dos veces, se incrementa la capacidad del perro para ver en condiciones de poca luz y lo que le da a sus ojos ese brillo característico que se ve en las fotografías tomadas con flash o en entornos muy oscuros.
¿Cómo afecta su visión a su comportamiento? Ya hemos comentado que los perros dependen en gran medida de su sentido del olfato y de su sentido del oído para complementar su visión. Además, hay que tener en cuenta que los perros tienen problemas para distinguir imágenes a media y larga distancia; los detalles no los perciben bien, por lo que si nosotros podemos distinguir un objeto a unos 23 metros -si no tenemos problemas de visión-, un perro requeriría de una distancia aproximada de 6 metros para verlo exactamente con el mismo nivel de detalle que nosotros los humanos.
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